Desgraciadamente así son las cosas, pensar que los animales han sido puestos ahí para nuestro uso indiscrimado con licencia para vejarlos, humillarlos y torturarlos hasta su muerte, es algo que se contempla con absoluta normalidad en nuestra sociedad, mirándose incluso con indiferencia.
Cuando estoy en el gimnasio, en la cola del supermercado o esperando el autobús y tengo la posibilidad de escuchar conversaciones o retazos de ellas, me doy cuenta de cuáles son las prioridades, los objetivos, los principios o valores de la gente y cuán insensibles se muestran ante el sufrimiento de seres inocentes sin posibilidad de defensa y condenados de antemano a una muerte atroz. No pienses ni por un instante que esta mentalidad pertenece a una minoría, ni muchísimo menos; si te mueves habitualmente en la red por páginas y foros que versan a favor de los derechos de los animales tendrás la falsa ilusión de que son ampliamente respaldados, craso error, lamentablemente estas personas consituyen una ínfima parte del sentimiento general, mas no por ello hay que bajar los brazos y tirar la toalla.
Hoy estoy aquí para escribir sobre el veganismo y su concepción armónica y respetuosa de convivencia tanto con el planeta como con los seres vivos que lo pueblan. Antes de proseguir quiero dejar clara una cuestión, NO soy tu enemigo, a pesar de que en algunas partes de este artículo apreciarás intensidad y vehemencia a la hora de abordar algunas escabrosas cuestiones. La finalidad es la de esclarecer puntos de vista distorsionados por una tradición caduca o arrojar luz sobre un montón de mentiras vertidas en la sociedad bajo el influjo de unos intereses totalmente partidistas. Lo único que te pido es que leas esta publicación con una mente abierta e irás viendo como vendas fuertemente atadas tras años y años de oscurantismo informativo irán deshaciéndose a tu alrededor.
Las tradiciones, más a menudo de lo que sería deseable, se constituyen en abanderadas de la cultura e identidad de un pueblo. No me cabe la menor duda de que algunas de ellas son dignas de ser conservadas y realzadas por la nobleza y sabiduría que comportan, sin embargo, otras muchas están empapadas del analfabetismo e ignorancia inherentes a otros tiempos cuando el oscurantismo y la crueldad eran las notas predominantes... a la vista está que NO hemos progresado mucho en el aspecto que afecta a la sensibilidad. La tecnología y el conocimiento humanos avanzan a una velocidad vertiginosa, a un ritmo tal que nuestra mentalidad es incapaz de seguir. Este hecho desemboca en una diatriba peligrosa, la cual nos grita que nuestra evolución mental es totalmente inmadura para administrar de forma inteligente y conveniente el fruto de nuestro progreso, somos como un niño con una pistola cargada en las manos. El peso de la tradición nos escribe con letras de sangre un sinfín de siglos gobernados por el sometimiento más abusivo, la explotación más cruel y el esclavismo más deleznable sobre los animales, para aprovecharnos de ellos y asesinarlos para comerlos. En la actualidad, si albergáramos una brizna de compasión, comprederíamos que ya no es necesario su utilización ni para nuestra dieta ni para nuestra vestimenta, que existen alternativas perfectamente válidas para sustituir esta barbarie. No obstante esta pesada losa de la historia, la tradición, nos sigue empujando en pos de un abismo por el que precipitamos a miles de millones de seres inocentes e indefensos cada año.
Mi mensaje es muy claro y contundente, hay que dejar de comer productos que provengan de los animales, no los necesitamos. Los intereses económicos que se suscitan alrededor de la adicción más antigua y arraigada que existe en el mundo, la carne, son de tal magnitud que la propaganda que promueven nos avasalla diariamente con un bombardeo tan constante como efectivo.Y para ilustrar esta exposición me gustaría que meditaras sobre esta pregunta: ¿Cuánto tiempo hace que no has visto en televisión anuncios de tofu, acelgas, lentejas, rábanos o naranjas? Por el contario a buen seguro que recuerdas infinidad de ellos que te incitan a comer carne, a que consumas huevos, leche, queso o sus derivados. Hacen que vuelques, subliminalmente, tu atención hacia estos productos vendiéndote la cantinela de que tu vida y tu salud los necesitan, pero ¿sabes qué es lo más curioso de este tema? Que en mitad de todos esos anuncios que te auguran una vida sana y feliz encontramos otros de suplemento de calcio, complejos vitamínicos, favorecedores del tránsito intestinal, facilitadores de la digestión... ¡Qué incongruencia! Si la dieta que se nos induce a consumir permanentemente, si el mensaje de la industria cárnica y lechera es que consumas sus productos a todas horas en aras de tu bienestar es tan maravillosa, ¿cómo es posible que necesitemos toda esa amalgama de productos que he mencionado antes? Muy sencillo... ESTÁS SIENDO ENGAÑADO.
Están matándote a ti, están asesinando a los animales y están arrasando el planeta. Esas personas que están ciegas y que no quieren ver, son sus mejores clientes. Voy a proporcionarte un dato harto elocuente, un consumidor de carne, durante toda su vida, come aproximadamente tres mil animales terrestres y varios miles de otros animales marinos según datos extraídos de la USDA. Y semejante aberración es cometida por solo una persona entre los millones y millones que comparten las mismas costumbres, aberración que propicia la mutilación y matanza de esa ingente cantidad de seres vivos para satisfacer una forma de alimentación inmisericorde y tan desfasada como innecesaria.
Otro hecho escalofriante y que nos afecta a todos es que los consumidores de carne necesitan a miles de millones de animales terrestres para su dieta, con lo cual hay que producir esos miles de millones de seres para su posterior consumo. Esto significa una industria multimillonaria alrededor, todo un NEGOCIO eminentemente lucrativo. Esto es MCdonald´s, Burger King, Wendy´s, Pascual, La Asturiana, Puleva y una larguísima e interminable lista. Continuemos con el argumento, la producción de esos miles de milllones de animales implica a su vez la generación de trillones de toneladas de estiércol. Esos residuos se vierten en desagües, se dejan en los campos o van directamente al agua contaminándola o bien se dejan para que se mimeticen con las propias cosechas. Pero el deterioro del medio ambiente propiciado por esta industria no acaba ahí, la deforestación avanza inexorablemente porque cada vez se talan más bosques para que a su vez puedan albergar más campos destinados a producir pastos que sirvan de alimento a estos animales. Como puedes ver el despropósito no tiene fin. Un dato tristemente revelador es que el noventa y ocho por ciento de los animales asesinados en todo el mundo tienen su consecuencia en la actividad que llevan a cabo las industrias cárnica, lechera y productora de huevos. TERRIBLE.
Voy a exponer, someramente, algunos temas relacionados con la salud que están vinculados a estos nocivos y mayoritariamente practicados hábitos alimenticios. Tanto las principales causas de muerte, así como las enfermedades más importantes que padecemos en el mundo desarrollado, como las cardíacas (ataques al corazón y paros cardíacos), las diferentes tipologías cancerígenas (próstata, colon, páncreas, ovarios), diabetes, osteoporosis, presión arterial alta, obesidad, asma... son causadas por nuestra forma de alimentarnos, evidentemente ayudadas además por el tabaco, el alcohol, el estrés, la polución y el sedentarismo. Pero las buenas noticias, que las hay, es que todos estos problemas pueden ser erradicados teniendo como base de alimentación el veganismo. Cuando adquieres los hábitos veganos estás eliminando completamente el colesterol de tu dieta porque solo puede ser obtenido a través de fuentes externas como la carne, la leche, el queso o los huevos. El cuerpo humano fabrica su propio colesterol, el que llamamos bueno (HDL), pero cuando lo ingieres a través de elementos externos se convierte automáticamente en colesterol malo (LDL). También estás eliminando de un plumazo el noventa y cinco por ciento de la grasa saturada y completamente los ácidos grasos nocivos. Se erradica así mismo el problema que genera la proteína animal en nuestro cuerpo, que es extremadamente ácida y no podemos procesarla de manera correcta, además es la razón por la que una de cada tres personas padece cáncer y una de las principales causas de osteoporosis. Cuando la proteína animal entra en nuestro organismo la sangre se torna instantáneamente ácida, lo que conlleva que nuestro cuerpo "invente" un sistema para neutralizar esa cuestión, pues de lo contario moriríamos; el inconveniente es que el fosfato es el elemento necesario para ello y solo hay un sitio del que extraerlo... de los huesos. Los huesos están formados de calcio y fosfato, indivisiblemente, por lo que cuando se lucha contra la acidez se utiliza el fosfato para neutralizarla y el calcio se elimina mediante la orina. Una vez llegados a este punto quiero dejar un dato, estudios médicos demuestran, fehacientemente, que las sociedades más consumidoras de proteína animal tienen los índices más altos de osteoporosis, fracturas de huesos y cáncer. Mientas que las que no lo hacen, como los vegetarianos, veganos, judíos o hindús entre otros, tienen unos porcentajes bajísimos o simplemente no padecen estas enfermedades.
Cada vitamina, mineral o nutriente tiene una fuente original y NO son los animales. Vamos a dejar a un lado de una vez esta irracionalidad olvidando la costumbre de obtener estos elementos a través de los cuerpos de los demás. NO es lógico. Podemos obtener todos los nutrientes que necesitamos de sus fuentes originales: vegetales, semillas, nueces, granos, legumbres, frutas... estos no pueden causarte ningún mal, ninguna enfermedad y al mismo tiempo no hacemos daño a nadie.
Ya has leído toda esta información, la cual puedes contrastar, es más, te invito a que investigues por tu cuenta y la cotejes. Pero una cosa sí te digo, ya no podrás alegar a partir de ahora estar desinformado ante el universo de crueldad que he abierto antes tus ojos, porque el veganismo no va de tu salud, no seamos egoístas, se trata de despertar un sentimiento de compasión y respeto por los animales que nos rodean y que han tenido la desgracia de compartir casa con nosotros, los humanos.
A partir de este instante tienes la oportunidad de ser protagonista ayudando a paliar una masacre, de impedir, modificando tus hábitos, que cada segundo en un lugar del mundo un cuchillo cercene el cuello de un inocente. Te propongo que inicies una revolución personal que haga de ti una persona más sensible, más bondadosa y que pase por este mundo causando el menor daño posible.
Ahora voy a dejarte un vídeo, en él hay imágenes duras. Me gustaría que no apartaras la mirada ni tan solo un instante mientras dure el documento y si en algún momento lo haces te hago esta pregunta, ¿si crees que no es bueno para tus ojos por qué piensas que sí lo es para tu estómago?