domingo, 10 de julio de 2011

España, cuna de barbarie e incultura


     Estamos en pleno mes de julio y tan típico como el calor que nos asola en estas fechas veraniegas lo son también los lamentables y mundialmente conocidos encierros de San Fermín en Pamplona, donde un bravo animal como el toro, sirve de patética diversión a una ingente multitud de descerebrados llegados desde los cuatro puntos cardinales con la finalidad de probar su "hombría" corriendo al lado de un ser vivo asustado, estresado y fuera de su hábitat natural. Desgraciadamente, lo que acontece en esta ciudad, no es un suceso aislado ya que podemos encontrar numerosísimas fiestas populares de este estilo repartidas por toda la geografía nacional donde un animal se convierte en triste protagonista para deleite de las masas.
     No me cansaré de repetir hasta la saciedad el imperdonable comportamiento del que hacemos gala a lo largo y ancho de este país para con los animales, abarcando desde los cobardes abandonos de perros y gatos en las cunetas de nuestras carreteras hasta los sangrientos y espeluznantes espectáculos que tienen como protagonistas a un toro, una vaquilla o una cabra por citar algunos casos. Somos un pueblo tan eminentemente "culto"que demostramos a través de nuestros actos una extraordinaria "sensibilidad" al sufrimiento ajeno y haciendo acopio de una prodigiosa memoria histórica nos  amparamos en nuestras "sabias" tradiciones otorgándonos así licencia para vejar, humillar, vilipendiar y matar a seres indefensos quienes, pese a quien le pese, tienen el derecho inalienable a disfrutar de una vida digna.
     Dignidad que le usurpan, por ejemplo, al toro de la Vega en Tordesillas (Valladolid) donde el noble animal es perseguido por un grupo de "valerosos" lanceros a caballo cuyo objetivo es ir clavándole puntadas por toda la vega del río Duero hasta matarlo... sí, sí, tal y como estáis leyendo, hasta que es vilmente asesinado. Posteriormente y para darle mayor gloria a la gesta, el gallardo jinete que ha conseguido abatirlo tiene el "privilegio" de cortarle los testículos. He aquí el resultado de varios miles de años de "evolución" humana reflejados en este despreciable acto que debe de suponer para esta gentuza un canto a la virilidad. Creo que sobra cualquier otro comentario.
     Otra patética historia es la que se da por las calles de Medinacelli (Soria), donde las "buenas" gentes de estas tierras tienen a bien atar al toro por los cuernos para inmovilizarlo, colocándole de esta guisa unos artilugios metálicos con grandes bolas de material inflamable. El astado, envuelto en llamas para regocijo de la plebe, sufre graves quemaduras así como un tremendo estrés producto del terror que está padeciendo como consecuencia de la situación en que se encuentra inmerso. El bravo animal, hasta no hace muchas fechas y como colofón a la barbarie, era salvajemente masacrado.
     Otros festejos muy típicos en media España son los conocidos como toros ensogados o, dependiendo de la zona, enmaromados. El "espectáculo" consiste en sujetar a las reses por la cabeza para atarles los cuernos, siendo posteriormente arrastradas por las calles del pueblo provocándoles graves traumatismos en la cepa del cuerno así como profundos desgarros en el cuello. El máximo exponente de esta "gratificante" tradición popular se halla en Benavente (Zamora).
     Por San Juan también podemos encontrar otra aberrante versión de nuestra cultura ancestral; en este caso nos iremos hasta Coria (Cáceres), donde los salvajes del lugar disfrazándose así mismos de seres humanos, no se les ocurre otra forma mejor de honrar el honor del fuego mítico que invade estas fechas  que la de soltar al toro por el recinto amurallado de la ciudad  y utilizarlo como diana. Estos energúmenos le lanzan al berraco lo que ellos llaman soplillos, que no son otra cosa que unos gruesos alfileres, convirtiendo al pobre animal en una gigantesca herida teñida de sangre. Finalmente y cuando el bravo morlaco ha sufrido un dolor inimaginable, le descerrajan un tiro para regocijo de esta pandilla de energúmenos. El hecho más vergonzoso de toda esta humillación  y que dice mucho sobre los políticos que gobiernan este país, es que además está declarado bien de interés turístico.
     Los toros de fuego, muy similares entre sí aunque con algunas variaciones, pero igualmente crueles, son muy tipicos de la zona valenciana donde más de 140 municipios se hacen acreedores a este despreciable "honor" de abanderar el maltrato a los animales. Cada año son sacrificados más de 1200 astados para satisfacer los instintos más bajos de una chusma ávida de sangre y dolor ajeno.
     Volvemos a Zamora, que playa no tendrán pero sí una gran facilidad para coquetear con los instintos más oscuros de la mente humana; aquí nos vamos a encontrar con el esperpento de lanzar una cabra desde lo más alto de un campanario. Durante las fiestas en honor a San Vicente y San Vicentico en la población de Manganeses de la Polvorosa no tienen mejor forma de entretenerse que agarrar a una cabra y averiguar si ha adquirido la capacidad de volar... tras esta demostración de supina inteligencia no me queda más remedio que llegar a la conclusión de que las "dignas" gentes de este país se encuentran muchas de ellas más cerca del instinto que del intelecto.
     Y así podríamos ir citando, desgraciadamente, miles y miles de ejemplos más donde los animales son tristemente protagonistas de nuestros desvaríos y perversiones. Me cuesta muchísimo llegar a entender cómo es posible que mirando a la cara a un ser vivo, indefenso y noble por naturaleza, podamos llegar a disfrutar con su sufrimiento, con su dolor y finalmente en la mayoría de los casos con su muerte. Las palabras no pueden reflejar ni en una millonésima parte el horror, el pánico y el padecimiento que sufren estas víctimas inocentes ante la crueldad extrema y gratuita que exhibe nuestra especie.
     Cuando leo este tipo de noticias o veo imágenes de alguna barbaridad como las que he descrito anteriormente me avergüenzo de pertencer a la raza humana. No existe ser más dañino, macabro y salvaje que el Hombre. Somos una verdadera lacra, destruimos y machacamos sin piedad todo aquello que está a nuestro alcance. Asesinamos animales por pura diversión, contaminamos ríos, envenenamos océanos, deforestamos el planeta, convertimos la órbita de la Tierra en un basurero espacial... ¿y con nosotros mismos? La lista de acusaciones y cargos imputables al ser humano contra la propia humanidad sería aberrante e interminable.
     Este artículo no voy a acompañarlo de un relato como vengo haciendo habitualmente, prefiero dejar paso a una soslayada invitación para que hagamos una reflexión profunda y objetiva en la que cada vez que oigamos la expresión "el ser humano es maravilloso" hagamos un ejercicio de memoria y recordemos cuál ha sido nuestro comportamiento a lo largo de la historia. Para ello contamos con miles de años que nos avalan como espejo donde mirarnos; con lo cual yo me digo, si fuese un espejo que nos devolviese una imagen como en el retrato de Dorian Gray... ¿os podríais imaginar qué veríamos reflejado?

7 comentarios:

  1. Pues si paco el ser humano es maravilloso con unas capacidades infinitas de hacer el bien y el mal por supuesto, y me molesta sobre manera que en articulos como este metas a toda la raza humana en el mismo saco, se que se trata de concienciar pero en mi caso me cabreas, lo que el ser humano tiene dentro debe salir individualmente es un ejercicio personal y no se puede obligar ni presionar a nadie cada uno encontrara su camino cuando deba o cuando pueda y estoy muy orgullosa de este pais y de pertenecer a el y a la raza humana, los radicalismos no son ni seran buenos nunca, son capaces de sacar lo peor de las personas y en pocas ocasiones lo mejor, Nos encontramos en un proceso de cambio y el cambio no se puede realizar con ira ni con rencor hacia la raza humana, el ser humano evolucionara pero estoy convencida de que lo hara con amor y tolerancia, si pedimos tolerancia y actitudes positivas debemos pagar con la misma moneda. No soy seguidora de las fiestas taurinas que marcan cada una de las partes de esta piel de toro ni de la masacre a los animales, ni de la caza descontrolada, ni de la pesca masiva, ni de ningun deporte o tradición que implique el sufrimiento de cualquie ser vivo pero antes de denunciar y de sentirnos tan mal con nuestra raza, ¿por que no intentamos llegar al fondo de cada una de nuestras tradiciones, por que no hacemos un estudio atropológico y psicológico del ser humano y de su coportamiento antes de denostarlo? yo no lo he hecho y no me atreveria nunca a juzgar a nada ni a nadie y mucho menos a meter a todo el mundo en el mismo saco, hay quien lucha en silencio y sin meter ruido por el cambio, utilizando armas como el amor, la tolerancia, la comprension y los mensajes positivos.

    ResponderEliminar
  2. Coincido con adivinalo, en que no podemos meter a toda la raza humana en el mismo saco y condenarla por el mal hacer de unos cuantos, que en los casos que comentas, son una inmensa minoria, que desgraciadamente tienen demasiada voz para hacer llegar esas horrendas tradiciones a toda la geografía. Pero en lo que no puedo coincidir y lo considero inconcebible es que el sufrimiento de un animal agónico esté justificado en un estudio antropológico y psicológico. Remomtemos al principio de las eras, dónde el hombre primitivo sólo cazaba para alimentarse y usar las pieles como abrigo, cuidando mucho a los animales que con él vivian. Por lo tanto ¿tengo que considerar que las tormento que sufren estos animales, es producto de la evolución del hombre después de miles años? ¿así es como evoluciona el hombre?, entonces ¿qué nos deparará dentro de otros miles de años? miedo me da pensarlo. No puedo entender que cortar los testículos a un toro muerto sea algo a rememorar año tras año. Pongamos a uno de esos seguidores en el puesto del toro a ver que le parece... ah no perdón! el hombre sufre y es torturado, el animal disfruta con ello... Yo sí me atrevo a juzgar y condenar estos hechos tan macabros... es horrible pensar que pueda justificado.

    ResponderEliminar
  3. YO SI ME IDENTIFICO CON EL TEXTO Y ESTOY TOTALMENTE DE ACUERDO!! YO ME ARREPIENTO DE HABER NACIDO SER HUMANO! SI HABEIS LEIDO BIEN ME ARREPIENTO !! Y ME HUEBIERA ENCANTADO NACER SIMPLEMNTE COMO PLANTA O PEZ O LO Q SEA MENOS SER HUMANOS!! SOMOS EL CANCER DE TODO! DE LA TIERRA Q SIENDO NUESTRA PROPIA CASA MIRA COMO LA DESTRUIMOS... CONTAMININAMOS TODOS NOS COMEMOS TODO Y MATAMOS TODO!OJALA LLEGUE UN DIA QUE REALMNTE HABRAMOS LOS OJOS.. PERO SINCERAMNTE CREO Q ESE DIA YA SERA TARDE... ESPERO QUE NUESTRA MADRE TIERRA NOS DE NUESTRO MERECIDO...

    ResponderEliminar
  4. COMPARTO TOTALMENTE EL TEXTO.NO PODRÍA SER MEJOR EXPRESADO.

    ResponderEliminar
  5. Pues sí, creo que somos la única especie de la cual se puede (debe, seguramente) estar avergonzado.
    Lo del "ejercicio personal" y el ejercicio antropológico ha sido la monda. Debemos hacer lo mismo con el resto de cuestiones sociales? Lo de condenar la violencia de género ha de ser un ejercicio personal y dejar de mientras que sigan muriendo mujeres a manos de sus maridos? Hacemos un estudio antropológico sobre la banda terrorista ETA para intentar comprender de dónde nace tanto odio?
    Y "radicalismos"? Lo radical es usar animales para disfrute de unos bárbaros. De hecho, el USO de animales,de cualquier forma, es ya radical. "Tal animal es de gran utilidad para el ser humano". Utilidad? Me rechina en los oidos. No son obbjetos. No son teles, móviles, coches.

    ResponderEliminar
  6. Comparto las palabras de Anónimo y Coreoclus. No hay peor salvaje que el ser humano, en todos los campos y sectores en los que nos atravamos a depositar la vista. Pero si existe un estudio antropólogico y/o psicológico ya está permitido??? Es de vergüenza pensar que tanta barbarie generada por los demás congéneres, se asienten en una teoría sea del tipo que sea.

    ResponderEliminar
  7. al menos un espanol que se atreve a llamar a la berbarie y bestialidad por su nombre... algo es algo, saludos

    ResponderEliminar