viernes, 7 de octubre de 2011

Todo tiene su fin

     Recuerdo con total nitidez una tarde del pasado mes de junio en la que me encontraba literalmente naufragando por la red, mirando aquí y allá sin saber muy bien qué esperaba encontrar, cuando por aquellos extraños avatares que nos presenta en ciertas ocasiones la caprichosa casualidad me topé con la historia de Canelo, el extraordinario perro de Cádiz. Su nobleza, su abnegada fidelidad así como la inquebrantable lealtad que esgrimió hasta su último aliento hicieron que me replantease ciertos aspectos de mi vida... llegando a la conclusión de que eran necesariamente imperativos algunos cambios. En voz alta pensé "solo se vive una vez, por tanto y ya va siendo hora, vamos a dejar a un lado los convencionalismos, la inercia, lo establecido, el camino fácil, lo que los demás esperan de nosotros" y dije -vamos a echarle coraje y hacer lo que realmente hay que hacer... Mi paso por la vida ha de ser coherente y compasivo, procurando no inflingir daño alguno, respetando y salvaguardando los derechos más esenciales de aquellos que no pueden defenderse.
    Este mundo es injusto, tremendamente cruel y despiadado, pero no lo veamos como algo ajeno a nosotros, NO ES ASÍ, todos contribuimos con el consabido granito de arena a que cada día sean asesinados millones de seres inocentes, humanos o no, a lo largo y ancho del planeta, de "nuestro" planeta, por la forma en que nos comportarnos y con nuestros más que reprobables hábitos de vida. Algunos lo hacen por intrínseca maldad, otros por  indiferencia y también están aquellos que refugiándose en la cómoda ignorancia contribuyen a la enervante realidad de este macabro desfile de horror y muerte que se despliega ante nosotros con impertérrita destemplanza. Los perjudicados siempre son los mismos... los más desvalidos.
     Como decía, Canelo y su historia propiciaron un antes y un después en mi manera de «ver» la situación en su conjunto global. Era de obligado cumplimiento para mí homenajear a este maravilloso personaje y escribí mi primer relato... primer relato que dio la bienvenida a todos los artículos que se han ido sucediendo en el devenir de estos últimos tres meses, todos tristes, todos crueles pero lamentablemente verídicos. Tras cada investigación, tras cada publicación, una parte de mi fuero interno se rompía en mil pedazos, no alcanzaba a comprender cómo podemos llegar a ser tan ruines y despreciables, tan insensibles y despiadados. El ser humano NO merece ni un ápice de todo aquello con que ha sido bendecido.
     Espero que este blog sobreviva al paso del tiempo a través de la esencia de su mensaje (el mensajero nunca ha sido importante), tal y como lo hizo un legendario guerrero castellano cuando en el año 1099 de nuestra era venció en la batalla de Valencia, después de muerto, con tan solo el empuje de su nombre, con el espíritu de su presencia. Una vida de valor y coraje, lealtad y arrojo, sirvió para que desde el más allá un héroe en vida, un mito en la muerte, derrotase con su mera estampa a más de 150.000 temibles almorávides que al compás de tambores de guerra pretendían sembrar el terror y la barbarie en el levante español. Enhiesto sobre su montura y empuñando su mítica espada, la Colada, se ríe junto a su primogénito Diego, muerto dos años antes en Consuegra, de los mortales y sus patéticas debilidades. Con porte egregio cabalga al encuentro de las huestes de Ben Yusuf que tiemblan ante su arrogancia... ojos vacíos y frío corazón se avalanzan desde el olimpo de los elegidos sobre las hordas africanas sembrando miedo y angustia, desconcierto y terror... Una vez más Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, sale victorioso en la que será su última batalla. Nace el mito, comienza la leyenda.
    Días antes, el guerrero de Castilla muere de fiebres postrado en su lecho, una atroz agonía cercena su vida y lo último que ven sus ojos son las lágrimas de desesperación e impotencia de su amada Jimena. Sus hijas, al igual que toda la cristiandad, lloran amargamente la peregrinación de su padre a un lugar mejor. Atrás quedaron los sinsabores de su visceral y tormentosa relación con su rey, Alfonso VI, con la humillante afrenta de Santa Gadea así como el posterior amargo destierro que agrietaron su corazón mas no así su férrea lealtad... ¡oh Dios, qué buen vasallo si tuviese buen señor!
     Salvando las distancias y evitando cualquier tipo de paralelismo con la historia de "El Cid", este blog que concluye hoy, pretende que la esencia de la verdad y la cordura prevalezcan en un mundo despótico e inclemente. El compromiso con los que no tienen voz ha de ser la bandera que ondee en tu corazón, el estandarte que mantenga firme tu conciencia. Recuerda SIEMPRE que tú eres soberano de tus actos y esclavo de sus consecuencias pero tienes la maravillosa opción de ELEGIR. No permitas que la indiferencia, la sinrazón y la insensibilidad presidan tu caminar por esta vida. No provoques con tu comportamiento la explotación, la tortura y el asesinato de otros que jamás tuvieron una oportunidad. Sé empático, analiza las situaciones desde el punto de vista desde el que lo haría la víctima, te garantizo que las cosas NO se ven de la misma manera... ese cambio, TÚ CAMBIO salvará vidas inocentes.
     Tan solo me queda recordarte que si logras conseguirlo, si puedes hacerlo, si obras en ti esa transformación en aras de un lugar más compasivo y respetuoso, todas aquellas víctimas inocentes que han sido vapuleadas y exterminadas te lanzarán una sonrisa desde el más allá además de recibir el eterno agradecimiento de las que aún están por venir. HASTA SIEMPRE AMIG@.

2 comentarios:

  1. ¿Intuyo quizás que no va a volver a publicar en el blog? Espero su respuesta y un saludo afectuoso.

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  2. No,Aracos siempre es importante y un bálsamo encontrar una voz y un pensamiento que se levanta entre tanto polvo y mas con lo importante que se ha vuelto este blog para la gente que creemos en esa ideología,ojalá y puedas seguir en esta lucha...

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