jueves, 29 de septiembre de 2011

El ser humano... ¿es maravilloso?

     Cuando se produjo la escisión en el coetanismo entre cromañones y neandertales hace aproximadamente unos treinta mil años al desaparecer estos últimos de la faz de la Tierra, nuestros ancestros y ascendientes directos se vieron en la rudimentaria tesitura de sobrevivir en solitario como únicas mentes con capacidad de raciocinio, de la manera que fuera y al precio que fuese, en un mundo tremendamente hostil. Los caprichosos vaivenes de la naturaleza propiciaban la vida o castigaban con la muerte con mayestática indiferencia. Arrostrar peligros y coquetear con la extinción constituían la más absoluta cotidianidad mientras que nuestra especie, en la más rotunda precariedad, se encontraba a merced de extrañas y poderosas fuerzas que desconocía y ni mucho menos controlaba. Ante este desolador panorama de inferioridad y para hacer frente de alguna manera a este universo de incertidumbre empezamos a NECESITAR, y al hacerlo comenzamos a PEDIR y por consiguiente a INVENTAR. El miedo a morir o nuestro básico instinto de supervivencia empezó a trabajar en la creación de "algo" omnipotente que pudiera contrarrestar ese poder desconido a la vez que inmisericorde, que segaba la vida por doquier y con enorme facilidad. Aparecieron de la nada y por arte de magia (o de la necesidad) toscos espíritus a los que encomendarse, espíritus de cualquier cosa... todo valía para agarrarse a un rayo de "esperanza" en un entorno inhóspito y cruel. Ríos, rocas, bosques, vientos, montañas, todo era válido para postrarse e implorar clemencia... la debilidad humana había hecho acto de presencia para no desaparecer jamás.
     El inexorable paso del tiempo fue haciendo de la evolución humana una constante y la sofisticación a la hora de satisfacer convenientemente la "necesidad" creada... también. La figura del "intermediario", siempre encarecedor del "producto", surgió, como no podía ser de otra forma, al unísono de la "creciente demanda", complicando y jerarquizando con boato un negocio tremendamente lucrativo en aras de colmar esperanzas y satisfacer debilidades... el "circo" estaba montado. Aquellos rudimentarios espíritus dieron paso a coléricos o bondadosos dioses más complejos, con comportamientos curiosamente humanos que regían no ya solo la desdichada vida del momento sino la utópica y anhelada eterna felicidad ...
     El politeísmo dio gradualmente paso al monoteísmo, más evolucionado pero con las mismas connotaciones elitistas de antaño ... idéntico perro pero con distinto collar; si un "negocio" funciona para qué lo vamos a estropear. La mente humana es débil, carece de templanza y en numerorísimas ocasiones del valor necesario para enfrentarse a los problemas por sí misma ... es mejor que "alguien" o "algo" nos resuelva las adversidades. Y como nuestra capacidad de inventar seres superiores no tiene límite nos refugiamos en la religión, el esoterismo, las fuerzas ocultas, las leyendas, los mitos, las "energías cósmicas" que al parecer están a nuestro servicio para que alguien se enamore de nosotros, y si no nos basta con todo esto no tenemos ningún problema para traernos seres de otras galaxias dotados de poderes especiales, que deben de estar tan sumamente ociosos que no tienen otra cosa mejor que hacer que estar pendientes de nuestras estupideces.
     Personalmente, a esta incongruente falta de coraje que esgrime el ser humano no le daría mayor importancia, salvo por la vergüenza que siento al pertenecer a una especie que "necesita" tantas cosas, sino fuera porque viene aderezada de un egoísmo y una codicia que propicia la explotación, la esclavitud, la agonía y el asesinato para con aquellos que la naturaleza les otorgó la venia de vivir en este planeta al mismo tiempo que los castigó con nuestra mortífera compañía. El Hombre pide, desea, anhela... y finalmente coge lo que le apetece como sea y de donde sea sin importarle las consecuencias o el daño implícito en ellas.
     Somos una especie débil de espíritu y de carácter, a la vista está que no podemos dar ni un paso sin encomendarnos o pedir ayuda a algo superior, pero al mismo tiempo tremendamente dañina con los más desvalidos a los que machacamos sin piedad... eso solo tiene un nombre.
     Incluso cuando se trata de causas nobles tenemos que mostrar la verdadera mediocridad de nuestras acciones, anteponiendo una exacerbada vanidad y un orgullo mal entendido en detrimento de la verdadera esencia del asunto en cuestión... En la actualidad está muy de moda subirse al carro del animalismo o del activismo, gente que se da golpes en el pecho por colocar sus posaderas en una sentada ante un organismo público reivindicando algo o por proferir alaridos en una manifestación, también están aquellos que se cuelgan medallas por estar el día entero en internet colgando mensajitos, malsonantes la mayoría, en contra de las corridas de toros o por la patética utilización de animales en fiestas patronales de algunos pueblos... vamos a ser SERIOS y COHERENTES de una vez, no me sirve de nada tu asistencia a una manifestación por muy plausible que sea  la causa o si te hallas en una sentada reivindicativa para luego irte a comer al Burger King, como tampoco me sirve que estés el día entero idiotizado en las redes sociales publicando artículos y noticias (que no son ni tan siquiera de tu cosecha) si luego te bebes un par de vasos de leche y te calzas unos zapatos de piel. Tampoco comulgo con aquellos animalistas de medio pelo que abogan constantemente por la abolición de los toros mientras que su compasión no se aproxima ni un ápice a los mataderos, a las granjas o a las miles de crueldades que suceden diariamente a lo largo y ancho de este mundo. NO podemos elegir temas "estrella" porque son más mediáticos que otros... eso es HIPOCRESÍA. En un día de actividad cinegética mueren más seres inocentes que toros en un año entero de corridas en el todo el mundo, al igual que son asesinados más cerdos en una sola jornada que todos los animales destinados a festejos en cinco años... NO podemos, NO debemos sectorizar la compasión porque TODOS merecen la misma sensibilidad y la misma solidaridad. A ver si nos enteramos de una vez, la verdadera esencia del problema, la génesis de esta gran batalla NO está ni en Tordesillas, ni en Algemesí ni en la plaza de las Ventas, está en tu despensa, en tu frigorífico y en tus hábitos de vida. Si tú NO consumes NADA que provenga de los animales el mayor porcentaje de seres inmolados para nuestro capricho desaparecerá... así de sencillo. En cualquier caso he de decir que puestos a elegir prefiero, sin lugar a dudas, al activista de medio pelo en detrimento del "bulto" humano de melena completa.
     Es más que evidente que no me gusta nuestra especie y por ende no espero nada de ella, lo cual hace que tenga meridianamente claro que en base a nuestro bagaje, nuestra forma de ser y nuestro comportamiento, no solo de ahora sino desde la perspectiva que me otorgan estos últimos 30000 años, mi esperanza en la redención del Hombre es nula; tan solo tengo que alzar la vista, mirar en derredor y VER que las cosas NO van a cambiar. Por todo ello pienso que NO deberíamos alcanzar nunca la tecnología necesaria para colonizar otros mundos, porque a la vista está qué es lo que se puede esperar de nosotros. Sería deseable que nos quedáramos aquí, muy quietecitos, continuando con la tremenda estulticia de seguir matándonos a nosotros mismos, y para nuestro sonrojo más absoluto, continuar masacrando a los animales que han tenido la inmensa desgracia de compartir este planeta con una especie absurda e incoherente... y no mancillar con nuestra presencia otros lugares. Es lo que hay.

1 comentario:

  1. El ser humano sin duda, como ser, es maravilloso. Poseemos biológicamente propiedades y características únicas a nivel fisiológico y a nivel sobretodo biológico y químico que son increíbles. El cerebro... Como se ha creado este cerebro? La cantidad de millones de moléculas que actuan en cada segundo con la sincronía perfecta para que todo funcione perfecto, sin fallos... Lo que no es maravilloso son las personas, el ser humano dentro de la sociedad, la sociedad en si. No hemos cogido como modelo por ejemplo nuestro propio cuerpo, el cual al igual que la naturaleza da y recibe en un equilibrio perfecto que no alterna ninguna de sus partes y donde todos los seres conviven sin problemas, no hemos cogido nuestro propio modelo como conducta a seguir y nos hemos creído dioses por poseer dichas características. Nos hemos creído que estas cualidades nos dan el privilegio de adueñarnos de todo lo que nos rodea sin dar nada a cambio y eso, cada vez se hace más evidente que NO FUNCIONA. Y las pocas personas que poco a poco se van dando cuenta están entrando en fase de misantropía y con toda la razón del mundo, porque cuando te empiezas a cuestionar todo lo que sucede en el mundo sin que ni siquiera nos demos cuenta... empiezas a crear un odio hacia la especie... Que se traduce, en las personas con principios y caracter, en activismo ;)

    Libertad Animal.

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