martes, 23 de agosto de 2011

¿Es una guerra perdida?

     El mes de agosto se constituye como perfecto anfitrión en gran número de pueblos y ciudades para celebrar sus fiestas patronales, donde ríos de gente ávidas de sangre y crueldad azuzan a políticos medrosos para que les permitan "paladear" su ración anual, que no única, de vejación y tortura hacia un animal. La irracionalidad de la masa en total connivencia con el más que mediocre gobernante de turno, que pasará por encima de cualquier indicio de moralidad para seguir "amarrado" al sillón, van a propiciar que los de siempre sucumban al sinsentido más vergonzoso en aras de satisfacer las obscenidades y bajezas del ser humano. Porque no nos engañemos, el que legisla no es más que la representación, la cabeza visible de la gente que le ha elegido, un claro exponente de lo que es la generalidad hoy en día. Egoísmo, insolidaridad, preocupante falta de principios y valores mantienen a flote una inmensa nave cuyo puerto de destino se llama antropocentrismo.
     Cuando escucho hablar a los que tienen en sus manos las riendas y el futuro del país, sean del signo que sean, no me queda más remedio que esbozar una sonrisa irónica ante tanto simplismo y mediocridad, preguntándome qué pensarían grandes maestros de la oratoria como el populista Temístocles o el idealista Demóstenes ante este elenco de ramplones y poco originales pseudopolíticos que tenemos que soportar.
     Insisto, estos ostentadores del poder son un fiel reflejo de la sociedad en la que nos hayamos inmersos, donde la ley del mínimo esfuerzo y el apoltronamiento más reclacitrante justifican una hedonística existencia. Cuando los escucho "debatir", siendo muy generoso en el término empleado, me sobreviene una más que galopante vergüenza ajena, la misma que, a buen seguro, sentirían si levantaran la cabeza dos consumados maestros y amantes del litigio como Hortensio y Cicerón.
     En el momento en que miro a mi alrededor observando con actitud honesta y objetiva lo que me circunvala, me doy perfecta cuenta de que esta lucha en favor de un mundo más compasivo con nosotros mismos y con los animales que nos acompañan, está irremediable y completamente perdida. Es triste y decepcionante ver que hay más "bultos" que personas campando alegremente por doquier, patética realidad que se traduce en un aumento progresivo, año tras año, de seres inocentes que son destinados al sacrificio para satisfacer la demanda muy "humana" de alimentarse de violencia y muerte; asimismo, puedo asistir con impotencia a la paulatina degradación de un planeta que nos han prestado nuestros hijos y del que estamos haciendo un uso totalmente irresponsable... pero qué más da, ya se apañarán los que vengan detrás.
     Si eres, querido lector, una persona que frecuente regularmente páginas en internet de contenido favorable a los derechos de los animales o seas miembro de asociaciones de corte animalista, puede que estés bajo los efectos de un espejismo que te induzca a pensar que hay más gente en esa línea de pensamiento que lo que indica la realidad. Somos realmente pocos en proporición, una ínfima minoría donde además, y dentro de ella, he podido observar que la hipocresía está mucho más presente de lo que sería de esperar. Estoy HARTO de gente que proclama a los cuatro vientos cuán sensible y compasiva es por colocar mensajitos de consternación bajo una lamentable fotografía de un ser desvalido o de individuos que creen ser grandes amantes de la fauna por sacar dos veces a su perrito a pasear.... vamos a ser serios y consecuentes, mientras que en tu frigorífico guardes bandejas de carne, botellas de leche y porciones de queso, además de consumir productos que han sido testados en animales porque no te has tomado la molestia de buscar soluciones alternativas, y si a todo esto le sumamos la posibilidad de encontrar en tu armario zapatos y bolsos de piel estás siendo un HIPÓCRITA. Tu falta de esfuerzo y tu abulia significan explotación, dolor y asesinato. Así de claro, aquí no hay medias tintas ni pactos baratos como a  los que se abonan con gran facilidad estos insulsos e inoperantes políticos que tenemos como abanderados. La parte positiva, que la hay, es que tú puedes darle la vuelta a esta aberración, puedes ser protagonista principal de un guión aún por escribir donde hagas desaparecer toda esta lacra de tu vida. Inicia una revolución personal que haga de ti un ser más compasivo y recuerda que pasar por este mundo propiciando el menor daño posible está al alcance de tu mano. Sé humilde y solidario con los animales y con aquellos seres desvalidos que jamás tuvieron una oportunidad. Hazlo por ellos, por ti.
     Me consta que existen personas íntegras, involucradas y concienciadas que han hecho de esta guerra totalmente desnivelada la razón de su existencia. Libertad por estandarte y respeto por bandera constituyen las herramientas esenciales de gente muy especial que inhala saberes y exhala revelaciones. Sin embargo, la comodidad del aborregamiento, el peso de la tradición y la fuerte inercia de una sociedad codiciosa y depredadora exenta del más mínimo atisbo de remordimiento, hacen que aquellos que rompen el molde se conviertan, desgraciadamente, en "elementos" exóticos cuando esta "rareza" debería constituir la más absoluta normalidad... es lo que hay.
     Por mi parte, aún perteneciendo a esa inmensísima minoría, continuaré defendiendo y siendo consecuente con lo que transmite el veganismo, que no es otra cosa que respeto, compasión y salvaguarda de la dignidad de aquellos más desfavorecidos. Modestamente seguiré intentando que, a través de mis escritos, aquellas personas que tienen a bien leerme puedan estar informadas de lo que realmente pasa a nuestro alrededor, de la patética y atroz realidad que nos envuelve en su manto de inclemencia y muerte. No obstante, soy perfectamente consciente de que todo esto es como asestar un golpe a una tormenta. Si existiera un instrumento lo suficientemente delicado y preciso para mensurar el efecto de ese golpe nos revelaría que, a pesar de haber empleado mi voluntad, toda mi energía en el intento de disminuir su devastación, ésta seguiría su curso infligiendo el mismo daño en el mundo como tenía previsto, aunque nadie supiese jamás que hubo una persona que intentó, con todas sus fuerzas, contrarrestar su efecto.

2 comentarios:

  1. Lamentablemente, y como ya dije en un comentario anterior, mientras el dinero sea lo que mueva el mundo, no habrá buen político que abogue por las buenas causas abandonando su altar en pos de mejorar el mundo y la solidaridad quedará reducida al más puro narcicismo. Por desgracia una sola persona no es capaz de mover mundos, sólamente un maldito canje lo consigue, aunque con ello, las banderas solo enarbolen sufrimiento y agonías.

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  2. Normalmente si un artículo me gusta lo suelo guardar en "favoritos". Pero si además de gustarme, me proporciona energía, fuerza y seguridad...lo guardo en el "cajón medicina" en donde guardo algunos medicamentos, vitaminas, este artículo, algún otro...y varias cosas que me darán "calor" el día que lo necesite. Y ese "día" llegará, seguro. Pasadas las primeras semanas desde que inicié esta RUTA VEGANA mi estado de ánimo podría decirse que es radiante, entusiasta, impetuoso e intrépido. Y resulta muy útil sentirse así porque los inconvenientes son muchos...y SÉ que los peores obstáculos están aun por llegar (y por desgracia puede que mi ánimo entonces no sea igual de bueno) y no me refiero a las preguntas incómodas que me hacen, tampoco me molestan los "juicios de valor" que me regale el entorno, ni algunas irremediables pérdidas que tendré que soportar. De sobra sé que el mayor obstáculo será lo "vivido" (y lo aprendido) hasta ahora, porque ya sabemos que la repetición de ciertos hábitos y costumbres, modelan, al menos una parte, del carácter de una persona y es por esta causa que será necesario hacer más cambios y muy profundos, que impliquen una renuncia de ciertas cosas que consideraba ridícula y erróneamente "imprescindibles" para ser feliz. Hoy no lo haré, pero tendré que hacerlo. Quizá dentro de unos días decida por fín abrir armarios y cajones desde donde me saludarán satisfechos Cavalli, Dior, Loreal y algunos otros que con sus "Marcas" me recuerdan que ME GANARON LA BATALLA una vez más...de modo que la estrategia para participar en esta "guerra" será tener la convicción total de que es absolutamente necesario tener más compasión por aquellos a los que digo amar. ¿ES UNA GUERRA PERDIDA? Si la miramos de frente y "en bloque" nos puede parecer que sí...pero si dividimos este bloque podemos ver, seguramente, a más personas como yo, que de forma unilateral aunque efectiva presentan batalla exponiendo un argumento muy simple: "NO PIENSO GASTARME EL POCO DINERO QUE GANO EN COSAS QUE PROVENGAN DE UNA INDUSTRIA QUE SE ABASTECE DE MATERIA ANIMAL". Ya sé que yo no soy "La Guerra" pero sí soy una humilde batalla empeñadísima en ganar y ya se sabe que una guerra está formada por muchas batallas...(M.I.)

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